miércoles, 21 de noviembre de 2007

Estrategias para fracturar la crisis social

(PARA LA SECCIÒN “PÀGINAS DEL LECTOR”, DE QUINTO DÍA)

ESTRATEGIAS PARA FRACTURAR LA CRISIS.

Caracas, 27 de septiembre de 1999.

Innumerables soluciones para sacar al país de su crisis han surgido de muchos expertos y otros no menos, pero con la misma inquietud por el futuro de nuestros descendientes.

Son pocas las estrategias que han surgido, porque la mayoría de nosotros nos conformamos con sacar a la luz lo que debió y lo que no debió hacerse.

Por mi parte, considero que todas las estrategias que se han planteado son válidas, especialmente si se integran en su esencia y se canalizan a través del Sistema Educativo, responsable mayor de que el pueblo sepa o no sepa, lo que debe ser, lo que debe hacer y lo que realmente quiere para su familia, para su comunidad y para su país.

El punto de partida entonces está en el cambio del Sistema Educativo. Un cambio bien planificado con acciones efectistas, efectivas y eficientes, repartidas en el corto, el mediano y en el largo plazo..

Ahora bien, esa eficacia y esa eficiencia, requieren del apoyo de los cambios paralelos en los aspectos de salud y de seguridad, conformando así una trilogía inmune a los embates de la crisis. Esa trilogía se convertirá en el elemento exterminador de los tentáculos más grandes de la crisis.

Desde este punto de vista, la nueva Constitución debería contemplar fundamentos legales que hagan interdependientes a los sistemas de planificar la Educación, la Salud y la Seguridad, al menos en lo relacionado con el establecimiento de sus lineamientos políticos.

Todo lo anterior constituye un proceso tan lento como difícil, dadas las actuales capacidades de nuestros sistemas informativos. De aquí que debamos pensar en serio en los censos autogestionados, en la municipalización de los censos o en cualquier otra de las alternativas que se han planteado, algunas de las cuales han sido puestas en práctica y han sido registradas. El censo debe hacerse con la gente que habita en cada manzana de cada vecindario o comunidad y debe hacerse cada seis meses, para que la información sea real, completa y oportuna. Ya hay experiencias en este sentido, repito, las cuales permiten estimar los parámetros de costos, tiempos y resultados, para entrar en un proceso de cambio realmente sustentable y trascendente.

Orestes G. Manzanilla Sáez